Las palabras no dicen nada

Que salga el sol después de días de permanecer tras nubes y tras lluvias es la expresión misma del renacimiento. No por nada inherente al sol per se, sino por la vida que percibo a través de su luz. Es como si más allá de las palabras y los conceptos que aprendí, interior y profundamente supiése que el sol es fuente de vida y así (sin razonamientos ni teorías) me siento parte de ese renacer, de ese ciclo que su ausencia desconecta. Me desperté sintiendo esa gratitud de su retorno con tanta fuerza como si se tratara del primer sol que se hubiera ocultado en toda mi vida. Me entregué a los insondables misterios de youtube. Es decir, me dejé llevar por las recomendaciones que proponía para mi mañana de sábado. Seguí dos o tres links y llegué a este disco que reúne canciones que (cualquier palabra que diga no sabrá explicarlo) me parece que expresa el mismo impulso vital del sol.



Quizás sea por los días de tormenta, por haber presenciado algunos de los poquísimos días nublados que Mendoza se jacta de tener; quizá sea porque estaba observando a las nubes, y el sol actuó de factor sorpresa. No hay ni son necesarias las palabras cuando hablamos de entenderse en el flujo de corriente de la vida. Me voy a cantar un rato al sol!

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