Todo es tan relativo. A veces lo que hoy es una mala noticia, una pálida, puede mañana ser la base impensada donde se asiente un futuro creativo y luminoso... ¿O no?
¿Destino? ¿Azar? ¿Voluntad inconsciente? ¿Fuerza más allá? Sea como sea, la conexión se da como se da, incluso siendo la más remota posibilidad aparente. Escribía mi blog una tarde de principios de siglo y se me ocurrió pasearme aleatoriamente por otros sitios publicados en blogger. Varios me llamaron la atención, pero uno, poderosamente. Me gustaba la forma en que escribían y describían la vida de los que se sienten un poco ajenos viviendo en tierras lejanas. Sapo de Otro Pozo narraba algunas aventuras de argentinos en Reino Unido. No sé si mandé un mail o algo, una señal, una botella al mar. Recibí la respuesta de una tal Silvia, una de esas personas portales; esas que desde su sensibilidad y quehacer abren la puerta a mundos y horizontes que desconocíamos totalmente. Con los años y las esporádicas comunicaciones fui descubriendo su lado musical (alasVALS), sus entrevistas y su publicación impresa en el mismísimo Reino Unido: Revista La Tundra. http://www.latundra.com/ Concluyen
Más de una vez me vi asintiendo ante un nombre pronunciado, sin saber a ciencia cierta de quién se trataba. Sin embargo, esa vez (aunque asentí como siempre) busqué inmediatamente información sobre el tal Carl Sagan y su obra maestra Cosmos. Sólo el primer episodio de esa serie me llevó a un viaje de alcances impensados. Tuve la sensación de no estar en mi cuerpo que, para entonces, parecía haberse disuelto en la trama matriz del universo. Ante tales situaciones la ciencia se vuelve incierta. Las décadas invertidas en un bachiller biológico y la facultad de odontología, mi conocimiento de frente y revés de la célula, los órganos y las funciones, de las expresiones más misteriosas del cuerpo como el dolor y la enfermedad; toda esa arcilla cohesionada en un individuo acababa de disolverse. Creo recordar que, absortos en el espacio exterior, buscamos fundir los cuerpos (la comunión del amor da incomprensible sosiego al dilema de la disolución), mientras Carl Sagan
El más allá es inexplicable. No tiene traducción a lenguaje humano ya que las palabras están sometidas a la evolución intelectual y al andar de las sensibilidades; la esencia atemporal más allá de las formas es, sin embargo, experimentable. Aquello que el cerebro capta como una señal difusa o una imagen borrosa, otra parte del ser la capta inmediatamente y la traduce con ignorados mecanismos, sin necesidad de llegar al fin que todo proceso cerebral tiene: convertir al más allá, a lo informe, en formas. El exilio me puso de pie frente a la ecuménica biblioteca de mi casa que, durante dos vidas, se fue consolidando. Verla así, paisaje de las noches de estudio, marco para inspiración de tantas canciones y poemas hechos a su abrigo, no es sino ver una forma; la entidad que en mi se consolidó de su ser a través del tiempo. El exilio me enfrentó al misterio, a la búsqueda de la esencia detrás de la forma a fin de hallar otra nueva forma traducida desde la misma energía más allá. Los mis
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