Periódico matutino

La señora que tengo delante en la fila abre un periódico. Los cerebros, aún con toda su tecnología y autonomía, responden a la comodidad inmediata del condicionamiento y la rutina. El natural sobreestímulo de información hace que ahora mi atención se pose en titulares impresos de los que, en otros momentos, desistiría de corazón.
Recolecto con la mirada frases sobre el hombro de mi antecesora: Policiales, "Lo mataron como a un perro". No es claro el mensaje (¿Los perros se matan de alguna manera particular? ¿Hubiera sido más digno que lo matasen como a un humano?), pero tal vez no se trate de ser claro sino contundente. Disparar lo más rápido y profundo posible una imagen mental. Una factoría de adicciones disfrazadas de noticias.

Me he distraído elucubrando, contemplando mis muchas imágenes mentales. Vuelvo al diario que ya va por la sección Cultura: "El río inspira mis días". ¡Ahhh! ¡Qué título! Me alivia saber que el arte sigue curando. En un océano de información este ínfimo excipiente artístico me dispara no imágenes sino universos. Predispone lentamente mi atención al mundo de la metáfora. ¿Será acaso otra adicción?, es posible. Prefiero los puentes que inspiran a andarlos antes que a las paredes que encierran y desolan.

La señora que tengo delante en la fila cierra el periódico y sé que no es el fin del recorrido. Ahora la imaginación se ha disparado, sea cual sea la que cada uno elija: De eso consta el don de nuestra libertad.

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