La canción

JULIO 2013

Varias inspiraciones me sobrevuelan como pájaros de mundos paralelos. Aparecen, desaparecen, son fragmentos invisibles en el aire, se materializan al azar. Las empiezo a reconocer. Identifico tres o cuatro canciones distintas, luego intuyo que son partes de la misma. Las que más enteras se me mostraban, de repente se fugan... ¿Para siempre? Las más misteriosas se iluminan y me muestran su alma y su cuerpo desnudos tal como son.

¿Cómo sé cuando he recolectado todos los frutos de cada árbol, si sólo tengo noción de ellos por el tacto? Compongo letras y músicas recolectando a tientas; confiando en destellos que percibo en ese universo dentro de mi cabeza, o de mi corazón, o de mi alma... O quizás incluso fuera de todos ellos. Desconozco si soy intérprete o creador o ambas cosas a la vez. Mi obra, quizá, no es tan mía cómo parece. Sin dudas soy constructor, ¡Un inventor! Eso soy.

Invento que hay una conexión entre las ideas que me llegan inconexas. Invento una historia de capítulos independientes. Invento collages, recortes de figuritas, ensaladas de frutas... Y mientras creo en todas esas patrañas que me invento (para justificar mi torpeza de compositor), sin saber cómo, en el momento menos esperado, encuentro entre mis dedos que ha nacido una canción.

¡Bienvenida!

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